Vigilancia digital en México: nuevos trucos, mismas estrategias de antaño
El primero de diciembre, Citizen Lab publicó su más reciente reporte: “Running in Circles”. Este documento revela algunos de los clientes internacionales de la firma de espionaje cibernético Circles (afiliada a la empresa NSO Group) y señala al gobierno de México como el mayor propietario de sistemas desarrollados para explotar vulnerabilidades en teléfonos móviles con el fin de acceder a llamadas, textos y localizaciones.
A pesar de que estas revelaciones señalan nuevos (e ilegales) métodos abusivos que usa el Estado en México para explotar las vulnerabilidades de periodistas, activistas, personas defensoras de derechos humanos y la población en general, este caso no es único y se suma a otras formas documentadas de violencia política a través de las tecnologías; como las previamente expuestas en el reporte #GobiernoEspía publicado en 2017.
Los incesantes esfuerzos de ONGs mexicanas -como R3D, SocialTIC y la oficina para México y Centroamérica de Artículo 19- alcanzaron el interés de medios locales e internacionales al exigir justicia para el creciente número de personas a quienes estos ataques fueron dirigidos y al sumarse a un par de denuncias contra NSO Group en Chipre e Israel.
Tres años después del lanzamiento de #GobiernoEspía, la revelación del uso de los sistemas de Circles nos recuerda la mezquindad con la que nuestros derechos son violentados en México: un país conocido mundialmente por sus altos niveles de violencia hacia periodistas, mujeres, la comunidad LGBTTTIQ+, las personas indígenas, las comunidades rurales y quienes ponen el cuerpo por la defensa de los derechos humanos. Un país que no titubea en acosar a cualquiera que actúe contra los abusos de poder que son cometidos por el Estado, el crimen organizado y las empresas internacionales que explotan a las personas y al territorio en total impunidad.
En 2019, Sursiendo -una ONG que trabaja en la frontera sur del país- publicó un resumen de los métodos de vigilancia digital utilizados por el gobierno mexicano entre 2010 y 2018. Este documento, más allá de Pegasus -el spyware desarrollado por NSO que fue expuesto en #GobiernoEspía- también aborda un par de tecnologías de espionaje identificadas previamente: FinFisher (durante 2011–2012) y Galileo (durante 2013–2015); ambas comercializadas por la firma Hacking Team y utilizadas por miembros del gobierno y el ejército nacional.
A la fecha, ninguno de los casos documentado en el resumen de Sursiendo ni las más de veinte víctimas de Pegasus reveladas en las investigaciones de #GobiernoEspía han tenido acceso a la justicia, gracias al sistema corrupto que permite que la impunidad prevalezca.
Me hubiera gustado cerrar esta nota aquí, sin embargo, sería un esfuerzo inútil si no intentara aprovechar la atención que puede haber sobre este tema para visibilizar las otras -menos conocidas- formas en las que el gobierno actual continúa menoscabando nuestros derechos humanos a través de la implementación de mecanismos de vigilancia masiva, tecnologías de reconocimiento facial y el sostenido despliegue de IMSI catchers (antenas receptoras de identidad móvil, para intervenir celulares) en el espacio público a lo largo y ancho del país, de frontera a frontera: contra cualquier esperanza de organización civil y para reforzar los efectos inhibidores generados por la militarización de nuestras calles.
La sociedad civil en México está bajo ataque y con ella todas las personas activistas, defensoras de derechos humanos, periodistas y organizadoras sociales que continúan peleando por un futuro más justo y mejor. Esta ha sido una realidad por muchos años y muchas personas han perdido la vida enfrentado esta violencia política sostenida. Estos testimonios de vida y el coraje que invirtieron en construir otros caminos a la justicia nos convocan y motivan a seguir luchando. Ahora tenemos la posibilidad de entender y usar las tecnologías como herramientas contra los políticos sedientos de poder y control que rigen nuestro país: para difundir alertas, compartir el conocimiento y construir resistencia(s).
Aunque hoy las cosas no parecen tan esperanzadoras, son distintas: estamos aprendiendo, estamos llamado a cualquier persona interesada en transformar lo que parece un viaje imparable y directo a la distopía. Donde sea que estés, sumemos esfuerzos. Si nos organizamos, podemos revertir esto.
Esta es una invitación. Recuperaremos nuestro poder.